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Monday, August 13, 2007

La propaganda cubana arremete contra Estados Unidos

La propaganda cubana arremete contra Estados Unidos

Yahoo! News.

LA HABANA, 12 (AP) - La mayoría de los cubanos sencillamente lo llama
"Fidel", pero el líder de 80 años nunca ha carecido de apodos: "El
hombre", "El jefe", "El uno". Algunos incluso llaman a Fidel Castro "El
caballo", una oscura referencia a símbolos del zodíaco en los
apostaderos chinos que cerró después de adueñarse del poder hace casi 50
años.

Cuando Castro cayó gravemente enfermo hace un año, el aparato
propagandístico cubano aportó otra asociación para su nombre: "País".

"Fidel es un país", se leía en carteles que aparecieron de la noche y la
mañana y han permanecido desde entonces, lo que sugiere que toda una
nación continuará su revolución después que se haya ido.

La Cuba comunista está casi privada de publicidad. En cambio abunda la
propaganda.

Los carteles inundan los parques, plazas públicas, intersecciones y
carreteras en toda la isla, elevándose sobre los edificios de
departamentos en la ciudad y los cultivos azucareros y cafeteros en el
campo. Muchos ensalzan a Castro y el héroe revolucionario Ernesto "Che"
Guevara, instan a la conservación de energía o utilizan caricaturas para
promover el comunismo y el fervor nacionalista.

Muchos también reflejan odio al gobierno estadounidense, su embargo
comercial de 45 años y al presidente George W. Bush.

A la entrada del aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, un
cartel muestra una mano de póquer con Bush como el as de espadas junto a
Adolf Hitler como el as de corazones. Los otros dos son Luis Posada
Carriles y Orlando Bosch, anticomunistas a quienes las autoridades
cubanas acusan de haber orquestado la destrucción dinamitera de un avión
comercial cubano en 1976.

En alusión a "Full de ases" dice "Full de asesinos".

"Es fácil siempre decir 'yo soy bueno y el otro es malo'", comentó
Gloria Méndez, una retirada que vive cerca del cartel. "La propaganda
política tiene su efecto en el público. Lo ven y se enojan con Estados
Unidos quizás".

En los carteles abundan las frases "Patria o muerte", "Socialismo o
muerte", "Tenemos y siempre tendremos socialismo" y "Venceremos".

Los carteles también instan a los cubanos a tomar las armas y defender
su estilo de vida. "En cada barrio, revolución", es un lema común. En un
transitado paso a nivel de La Habana se lee "Trabajo. Estudio. Fusil",
un lema de la Unión de Jóvenes Comunistas que provino de una campaña de
alfabetización que Castro ordenó después de derrocar al dictador
Fulgencio Batista en 1959.

La pintura no es fácil de conseguir en Cuba. Algunas de las leyendas en
los mensajes están cascadas y borrosas. Las que muestran la imagen o
citas de Castro por lo general están mejor mantenidas.

"Fidel es un país", que aparece en carteles junto a fotografías de
sonrientes reclutas militares jóvenes, proviene de un poema de los años
60 que en su honor escribió el argentino Juan Gelman.

"Es un país", dijo un empleado público que podaba el césped debajo de
uno de esos carteles. "Sus ideas, sus perspectivas, son para toda Cuba".
El hombre se negó a dar su nombre "por motivos políticos".

Dado el público cautivo, la propaganda puede ser efectiva, dijo John
Philip Jones, profesor de comunicaciones públicas en la Universidad de
Syracuse que se especializa en efectos publicitarios y de
comportamiento. Pero las campañas gubernamentales exitosas _como las de
la Alemania nazi y de la Unión Soviética_ sólo funcionan realmente si se
hacen eco "de las motivaciones y prejuicios consustanciales con la
población".

"Colocar un cartel que diga que el comunismo está bien, no suele ser
suficiente", agregó.

Gobiernos de todo el mundo _aun el de Estados Unidos durante las guerras
mundiales_ han usado la propaganda para dominar a su población, pero
pocos la celebran tan abiertamente como Cuba. Castro escribió antes de
la revolución que "no se puede abandonar un momento la propaganda porque
es el alma de toda lucha. Sin propaganda no hay movimiento de masas y
sin movimiento de masas no hay revolución posible". Esa cita también
figura en los carteles.

Cuando la crisis energética del 2004 causó apagones y dejó a los
disgustados cubanos acalorados durante un verano inmisericorde, la
figura de Castro apareció en carteles con la leyenda "Vamos bien". Otros
decían "Tenemos todo lo que necesitamos".

Los apagones pasaron, pero la propaganda continúa en la esperanza de
motivar a los cubanos que suelen esforzarse para conseguir alimentos,
ropa y otras necesidades básicas.

Cuba culpa de la escasez al embargo estadounidense, que impide la
mayoría de los viajes y comercio entre los dos países. Un cartel
presenta una lluvia de billetes falsos de 10.000 dólares con la leyenda
"Nuestra revolución no se vende".

Uno de los blancos más recientes es lo que Cuba llama el "Plan Bush", el
estudio que ha preparado planes de contingencia para después de la
muerte de Castro en la esperanza de promover la democracia. "No tenemos
miedo", proclaman los lemas.

Durante una infrecuente visita del representante estadounidense Jack
Kinston en mayo, dijo estar "perplejo" por los carteles.

"No sé si son más patrióticos que desafiantes o irrespetuosos", comentó
el republicano de Georgia.

Pero otros estadounidenses se ofenden profundamente, como el rabino
Arthur Schneier, que se ha quejado de la propaganda en una serie de
reuniones con altos funcionarios cubanos a lo largo de los años.

"Son de la época de la Guerra Fría", dijo Schneier. "Este tipo de cosas
pertenece a otra era".

Quizás el cartel más conocido se alza junto a la Sección de Intereses
estadounidenses en La Habana y muestra a un Tío Sam de ojos furiosos
gritando "¡Grrr!" agitando los brazos y tratando de asustar a un cubano
con una boina verde y un fusil automático.

"Srs. imperialistas: no les tenemos absolutamente ningún miedo", dice el
cubano.

Wayne Smith condujo la Sección de Intereses durante el gobierno de Jimmy
Carter, cuando se instaló el cartel. "Realmente lo disfrutamos",
recordó. "Nos pareció divertido".

Pero Smith dijo que el mensaje era más fácil de aguantar que el que
asociaba Bush a Hitler.

"Si hubiesen instalado un cartel de Jimmy Carter luciendo como un
monstruo", acotó, "no me habría gustado nada".

http://www.cubanet.org/CNews/y07/ago07/13o4.htm

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