Pages

Tuesday, May 08, 2012

Tienes mucha suerte de vivir en Cuba

Tienes mucha suerte de vivir en Cuba
mayo 8, 2012
Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Cuando Paul, un buen amigo estadounidense, lea este post
dira una vez mas que nosotros los cubanos siempre nos estamos quejando.
Mientras Juliano, un italiano, me repetirá por enésima ocasión: tienes
mucha suerte de vivir en Cuba, si pasaras algún tiempo en cualquier otro
país valorarías mejor tu Isla.

Mis dos amigos concuerdan en que en Cuba existen problemas como en todos
los rincones del mundo, pero ambos creen que este es uno de los mejores
lugares del planeta.

No sé si este último argumento sea cierto, pues ni siquiera conozco la
capital de Cuba, mucho menos ningún otro país, quizas nunca lo haga; en
lo que sí concuerdo con ellos es en que los cubanos nos quejamos
demasiado, y la razón no es precisamente lo que dijo el periodista y
director del Granma Lazaro Barredo Medina de que nos hemos
acostumbrados a abrir la boca como pichones en espera de la comida.

En realidad es la falta de oportunidades lo que nos ha convertido en
unos llorones que creemos que si contamos nuestros males alguien vendra
de Martes o de Júpiter a solucionar lo que nosotros mismos no hemos sido
capaces de resolver.

Es por eso que cada vez me resulta más difícil escribir algún post
relacionado con las miles de carencias que tengo, como trabajadora, como
mujer y como cubana.

Siento que cuando me lamento me parezco a unos vecinos míos que se
sientan en la esquina el día entero y quieren ser los dueños del mundo,
sin trabajar, sin estudiar, solo por pasarse el día entero conversando
de zapatos de marca o de la última canción de reggaetón.

Pero hoy me voy a olvidar de Paul y de Juliano, hoy dejaré que me llamen
llorona, o que los amigos lectores crean que siempre me estoy quejando.

Hoy escribo sobre los días 20 de cada mes. Es que para mí los 20 son los
días más terribles del año.

Saben ¿por qué? Pues porque ese es el día en que cobro mi salario por el
trabajo del mes, el mismo en que debo sacar las cuentas que nunca dan.

Una vez más llego a la oficina de la pagadora y la miro con rabia como
si ella fuera la culpable de los bajos salarios del país, la miro con
deseos de ahogarla entre mis manos como si de ella dependieran los
altos precios de la carne de cerdo, del tomate, los zapatos y los
adornos de cabeza de Tania.

Miro a la pagadora y una vez mas abro las manos para alcanzar el sobre
que lleva dentro la maravillosa cifra de 600 pesos, y una vez mas me
pregunto, ¿cómo llego con esto hasta el otro 20?

http://www.havanatimes.org/sp/?p=63541

No comments: