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Monday, May 14, 2012

Tiene color el talento?

¿Tiene color el talento?
Lunes, 14 de Mayo de 2012 04:14
Escrito por Susana Teresa Más Iglesias

Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Es conocida en Cuba la
existencia de la discriminación hacia niños y jóvenes de raza negra para
el acceso a distintos centros educacionales o laborales. El pretexto es
la falta de talento, de condiciones físicas, o inteligencia, pero en
realidad es por el color de su piel.

A principios de la revolución no permitían que niños negros de cualquier
sexo cursaran estudios en la Escuela de Ballet. Se insinuaba que su
color no estaba a tono con el resto del colectivo o que carecían de
elasticidad. Ahora sí los admiten en las escuelas de arte, pero al
final, cuando terminan la carrera, después de sacrificios y esfuerzos,
en el mejor de los casos tienen que formar parte del cuerpo de baile de
la TV, un cabaret, o un circo. Si son músicos o cantantes, si no son
excepcionalmente buenos, van a parar a cualquier bar del Casco Histórico
destinado al turismo en moneda dura, donde en ocasiones cantan casi todo
el día sin tener una audiencia formal que los valore.

Muchos cantantes, artistas plásticos, bailarines y actores de épocas
anteriores (y de ésta también) lograron el reconocimiento a sus valores
artísticos y llegaron a ser famosos en otros países, porque en el suyo
propio se les discriminaba y no se reconocían sus méritos artísticos.

Hoy es difícil incluso ver en videos clip nacionales un cuerpo de baile
acompañante de reguetoneros donde haya mujeres negras. Solo aparecen
cuando estas filmaciones son relacionadas con la santería o cierta
indisciplina social en barrios marginales, y en ellas constantemente se
acentúa la peor imagen de la mujer negra.

El talento nace con la persona, independiente de su raza y se puede
confirmar cuando vemos hombres blancos que ejecutan toques de tambor con
habilidad africana, danzan con maestría en protagónicos como Changó o
Eleguá en grupos folklóricos; al igual que negros ejecutan danzas
españolas, tangos o ballet clásico (como en el caso de Carlos Acosta),
con pericia increíble.

Sin embargo, nos consta la presencia de instructores o directores de
compañías de danza que alientan aún ese prejuicio tan nocivo para el
alma y el país, y sin pensarlo dos veces eliminan a los negros de
diversas actividades, sin preocuparse en la humillación o el desencanto
que provocan en ellos.

En los años 60, nunca alguien floreó una buena rumba como Mayda Limonta,
la Baró oriunda de Marianao, u otras bailarinas negras que figuraron en
el filme "Un día en el solar". Sin embargo, hubo que aceptar la pésima
actuación impuesta de Sonia Calero, que solo hacía jugar sus piernas con
la escoba, como figura danzaria principal. Varios años después abandonó
el país y dejó un sin número de muchachas negras eliminadas de grupos
bailables por su supuesta falta de estatura, o de emotividad al bailar.

¿Y qué decir de Celeste Mendoza, Candita Quintana y Merceditas Valdés,
mujeres negras insustituibles en su género?

En los programas de televisión actuales, los papeles que representan los
negros, en su mayoría son los negativos: basureros, esclavos, caleseros,
jineteros, trabajadores de agros, bici taxistas, ladrones, drogadictos o
si tiene algún carguito mediocre en la sociedad actual, los presentan
como corruptos.

Tenemos muy buenos actores y bailarines negros, citarlos sería
incontable, pero casi nunca son llamados a desempeñar personajes
protagónicos a pesar de que tienen gran talento.

Son los negros quienes deben saber qué deben interpretar, insistir en
hacer prevalecer su condición, y saber rechazar lo que no sea adecuado a
sus conocimientos.

Hay artistas negros, que aunque aún viven, han sido enterrados en vida,
ya sea por vejez o por enfermedad, a los que siempre recordamos con la
mejor impresión. Es el caso de Humberto Páez, que siempre dio lo mejor
de sí en sus actuaciones tanto para el público infantil, como para los
adultos, y que quedó en el recuerdo de la teleaudiencia con el papel de
"Toña la Negra" en el serial televisivo Día y Noche. De la actriz Elvira
Servera, quien siempre dramatizó con ternura y amor cada interpretación.
De los actores Freddy Torres, quien interpretó a "Kiko el Calesero", y
Julio Hernández, en su papel de "Taita Julián", en la novela Sol de Batey.

Después que murió, ni siquiera se menciona a una de las mejores
directoras de novelas radiales, Moraima Osa, ejemplo abnegado de
disciplina y amor por su trabajo.

Por ser negros, han pasado al olvido y las nuevas generaciones no
conocen de su dedicación al arte.

Algunos aseguran abiertamente que los negros forman el mayor por ciento
de los delincuentes del país. Puede ser cierto. ¿Pero alguien se ha
preguntado, de ser así, el por qué?

En instalaciones para el turismo solo verás negros -y para eso escasos-
como maleteros, cocineros o en labores de mantenimiento. Nunca como
gerentes. Ni representantes de firmas extranjeras en el país. Contados
aparecen en altos cargos del gobierno.

Si usted pudiera observar la cantidad de estudiantes negros aceptados en
medicina, cinematografía, cibernética, ingeniería, escuelas de arte,
notaría la agresividad del racismo existente en el país.

¿Y por qué es esto? ¡Será que el hueco de la capa de ozono, el
calentamiento global y otros desastres han influido en el talento de los
negros que viven en Cuba?

Para Cuba actualidad: susana.mas24@yahoo.com
susy.coky24@gmail.com
http://porquedesusana.blogspot.com

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4075-itiene-color-el-talento.html

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