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Thursday, May 17, 2012

Revolución Energética termina en carbón y leña

Revolución Energética termina en carbón y leña

Las ollas arroceras fueron las que más rápido se rompieron y las cocinas
eléctricas elevaron la tarifa de consumo eléctrico y perjudicaron la
economía de las personas.
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Idolidia Darias / martinoticias.com
mayo 16, 2012

Seis años después que la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba
nombrara el 2006 como "Año de la Revolución Energética" y Fidel Castro
prometiera un considerable ahorro en divisas convertibles y el óptimo
uso del "combustible noble, seguro y sano", la situación que enfrentan
miles de familias en la isla es diferente.

Los fogones de kerosén, de petróleo, los calderos de la leña y las
parrillas del carbón, vuelven a la cotidianidad de la cocina cubana.
Algunos recurren nuevamente a los mercados para adquirir estos inventos
criollos mientras otros, más precavidos, desempolvan sus viejos aparatos
para la cocción de sus alimentos.

Fidel Castro con una olla arrocera.
​​Ante la avalancha de nuevos equipos chinos y las promesas de Fidel
Castro, quien apareció en televisión para enseñar a los cubanos a usar
una olla, prácticamente "se obligó a cada familia a adquirir una olla
frijolera, una arrocera, un fogón, un refrigerador y en algunos casos
una jarra eléctrica para hervir agua, con la condición de pagarlos a
créditos en la propia bodega del barrio", recuerda Sander Reyes Machado
residente en Santa Clara.

Cientos de propietarios "se empeñaron" con el importe de los equipos
eléctricos, que en algunos casos tuvo que sustituir el gobierno por la
mala calidad, pero que sin dudas, "significó un jugoso negocio en el
caso de los refrigeradores", explicó uno de los entrevistados.

"Se llevaron mi refrigerador en muy buenas condiciones, pintado y no me
dieron un céntimo por él y luego ellos lo vendían como materia prima",
agregó con nostalgia la fuente.

Además de las deudas contraidas con el gobierno, cientos de hogares
tuvieron que invertir para mejorar las redes eléctricas de sus
viviendas, que por su baja calidad llegaron a provocar incendios y
quemaduras de los circuitos.

"Los fogones son de mala calidad, los cables se deterioran, se
derritieron las tomas eléctricas y las ollas se calcinaron por debajo y
los afectados han tenido que desecharlos –los equipos eléctricos - por
no tener piezas de repuesto", destacó Sander para explicar el retorno a
la leña y el carbón.

Mientras esto sucedía, en el argot popular de Cuba dos nuevos personajes
cobraban renombre por su mala fama. Al refrigerador se le conocía como
"el lloviznado" porque con las altas temperaturas no llegaba a enfriar,
en tanto "la hornilla" era un nuevo tipo de desodorante porque siempre
estaba debajo del brazo para llevarla hasta el taller.

Odalys Sanabria residente en la capital del país dijo que en la zona
residiencial ha sido más difícil y aunque las personas resuelven con gas
a veces no le alcanza y entonces apelan a la solidaridad "tienes que
inventar o buscar ayuda entre los vecinos que te hacen un poquito de
arroz o de café" apuntó.

Intentando opacar la verdad tras varios años de carencias, Granma
anunció la víspera que "entre los meses de mayo y junio, arribará al
país el grueso de las importaciones de piezas de repuesto del programa
de Ahorro Energético previstas en el 2012, fundamentalmente para los
módulos de cocción, con lo cual, informó el Ministerio de Comercio
Interior (MINCIN), deberán estabilizarse los servicios en los talleres
de reparaciones".

"Vamos a ver si realmente esas piezas de repuesto llegan a manos del
pueblo", afirmó Odalys Sanabria, quien como muchos cubanos está anotada
en una "lista de espera" para comprar las piezas.

Los encuestados destacan que de los equipos eléctricos que les vendieron
a plazos, las ollas arroceras fueron las que más rápido se rompieron y
que las cocinas eléctricas que supuestamente se utilizarían para que el
país ahorrara electricidad hicieron todo lo contrario; elevaron la
tarifa de consumo eléctrico y perjudicaron la economía de las personas.

Sander Reyes recuerda que nadie recibió reembolso por las roturas y
tampoco en aquel momento pudo repararlas por lo que se vieron obligados
a "inventar" por eso ahora se declara pesimista con el anuncio.

Algunas personas se decidían a no pagar por algo que ellos no escogieron
o por rebeldía o descontento, pero el gobierno garantizaba el pago de
las mensualidades con el asedio de los militantes del Partido los mismo
del núcleo zonal (integrantes de la organización comunista pero
retirados), que de los centros de trabajo y del Comité (CDR).

El descontento se hizo mayor con el mercado negro que se tejió ante la
carencia de piezas, donde estas se vendían a precios exorbitantes y la
venta de equipos en la red de tiendas en divisas.

http://www.martinoticias.com/content/revolucion-energetica-cuba-lena-carbon-/11221.html

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