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Sunday, May 06, 2012

Expertos, preocupados por los extravagantes nombres de los cubanos

Sociedad

Expertos, preocupados por los extravagantes nombres de los cubanos
Agencias
La Habana 06-05-2012 - 12:14 pm.

Creen que Usnavi, Olnavi y otros, pueden 'perjudicar la proyección de la
personalidad', piden un estudio y normativas jurídicas más claras.

Odlanier, Aledmys, Usnavi, Olnavi, Disami. Son algunos de los
extravagantes nombres de pila surgidos en las últimas décadas en Cuba,
donde la prensa y los especialistas han llamado a estudiar ese fenómeno
social y aplicar normativas jurídicas más claras al respecto, informa EFE.

Inventar nombres propios en la Isla es una práctica común que persigue
la originalidad para llamarse de una manera "única e irrepetible" aunque
muchas veces el vocablo que surge es "impronunciable" y difícil de
entender, según alertó este sábado el diario oficial Juventud Rebelde.

Las tendencias para escoger un nombre propio en Cuba incluyen la
adaptación de palabras de otros idiomas, la formación de híbridos con
los nombres de los padres, la inversión de palabras o puras
extravagancias que no tienen explicación.

Como resultado de las mezclas, hay nombres como Robelkis (Roberto y
Belkis), Migdisray (Migdalia y Raymundo), Geyne (Gerónimo y Nelly),
Yaneymi (Yanet y Mijail) o Mayren (Mayra y René).

La recurrente opción de invertir las palabras ha creado otros como Ailed
a partir de Delia; Adianez por Zenaida, y hasta Orazal por Lázaro.

Entre los casos más particulares, están las adaptaciones de términos
extranjeros, muchos de ellos del inglés: Leydi por "lady", Maivi por
"maybe", Olnavy por "Old Navy", Usnavi por "U.S. Navy" y Danyer por
"danger".

"Existió un momento en el que no se podían poner nombres de procedencia
extranjera tal cual; esa decisión del ámbito jurídico trascendió al
lingüístico", explicó a Juventud Rebelde la investigadora Aurora Camacho.

Camacho, miembro del Instituto Cubano de Literatura y Lingüística, dijo
que en la Isla se mantienen vigentes nombres de arraigo cultural y más
sencillos como María o Pedro, aunque "ciertamente con menos frecuencia".

Señaló asimismo que "se ha olvidado" la antigua costumbre de consultar
el santoral y de asignar varios nombres, ya que de hecho las leyes del
país no permiten que una persona tenga más de dos.

Para la especialista, muchos de los nombres inventados suponen
"desafíos, un problema y una provocación para todos los lingüistas".

Según apuntó, el marco jurídico cubano es ambiguo y no ayuda porque la
Ley del Registro del Estado Civil establece de manera general la
libertad de las personas para escoger nombres en correspondencia con las
tradiciones y el desarrollo educacional y cultural.

A su juicio, por ejemplo, se debería potenciar el papel de los
registradores civiles en los hospitales porque ellos podrían ser "guías
y orientadores" ante este fenómeno.

En Cuba también hay una tradición de herencia de nombres de otras
culturas, como la rusa (Yuri, Boris, Tatiana, Yordanka, Katia), y de
usar topónimos hasta cierto punto exóticos para el Caribe como Yasnaya,
Hanoi o Yakarta.

A la hora de jugar con las palabras, existen casos que combinan
pronombres personales como yo, tú y él para formar Yotuel. Asimismo, se
ha visto la unión del término "sí" o de su pronunciación en varios
idiomas: Dayesí y Widayesí.

Los inventos de nombres con la letra "Y" han sido una constante durante
varias generaciones y ya son tradición en el país: Yanisey, Yumilsis,
Yumara, Yosbel, Yadel, Yulieski, Yovel, Yolaide, Yamisel, Yirmara,
Yoelkis, Yuset, Yohendry, Yoanni, Yander, Yunier.

Camacho advirtió sobre los problemas sociales e individuales que pueden
conllevar algunas de estas variantes, pues de inicio muchas no revelan
algo tan fundamental como el género de la persona.

En su opinión, la ambigüedad "perjudica la proyección de la personalidad
y contribuye al daño moral en un individuo frecuentemente instado a
explicar su nombre y ofrecer toda una disertación de cómo se escribe, de
dónde lo sacaron y quién lo inventó".

La especialista destacó además "la representatividad y singularidad que
debe aportar el nombre propio" y su "trascendencia cultural e identitaria".

"Un estudio multidisciplinario del fenómeno se impone", dijo Camacho,
tras señalar que actualmente se trata de "terreno virgen" que merece "un
estudio más detallado que enmarque el fenómeno por etapas históricas".

http://www.diariodecuba.com/cuba/10979-expertos-preocupados-por-los-extravagantes-nombres-de-los-cubanos

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